El 14 de febrero fue una oportunidad muy buena para publicar algo que de hecho valiera la pena, dada la controversia que siempre ha existido respecto a este tema en especial, al menos eso pensé en el trascurso del día. Tenía las palabras, las oraciones y los párrafos perfectamente redactados en mi cabeza, corrí desesperadamente hacia mi computadora, abrí mi blog y nuevamente ese rectángulo blanco borró todas las ideas que tenía, dejandome bastante frustrada y como la última vez, sin nada que escribir. Por lo que comenzé a pensar: Si escribir me cuesta tanto esfuerzo, debe ser porque simplemente no es lo mío. Deje atrás cualquier intención de volver a publicar algo y me olvide de ello, hasta el día de hoy.
Deben estar pensando que mi día debió ser tan extraordinario que tuve que escribir sobre él a toda costa. Pues les cuento que el día de hoy fue tan normal como cualquier otro día, excepto por una pequeña cosa.
Todo comenzó conmigo cayendome de la cama para ir a cumplir mis responsabilidades matutinas, eso significa ir a clases y estudiar. Según mi abuelita gracias a eso algún día seré un miembro productivo para la sociedad, espero tenga razón, porque cuando eres músico creas arte, y según mi profesor de estética de la música, el arte es algo inútil, pero no nos centraremos hoy en si el arte es productivo o no, eso lo dejaré para una futura entrada. Continuaré con mi anécdota.
Ya llegado el mediodía decidí volver a mi casa para alimentarme, me monte en mi respectivo autobús (o camionetica) y comenzó a sonar En los años 1600(8).. moví los pies un rato mientras me imaginaba en una fiesta bailando (gracias a eso casi pierdo mi parada). Me bajé cerca de mi casa, sudada, hambrienta y con este sol propio del tropico un poco mas morena. Comí considerablemente y posterior a eso, como muchos de los adolescentes de hoy en día, pensé en estudiar pero no lo hice. En vez de eso decidí hacer algo mucho menos beneficioso y dormí una pequeña siesta que se convirtió en todo un sueño de 3 horas.
Se acerca la parte interesante. No pensaba pararme de la cama, pero me dí cuenta que iba a llegar tarde a mi ensayo, y las únicas dos cosas en este mundo que pueden hacer que me levante de mi cama y este lista para salir en menos de 10 minutos son mi novio y un ensayo de la orquesta. En este caso el pensar que iba a llegar tarde me hizo saltar como un resorte y arreglarme bastante rápido. Ya que no quería volver a salir a la calle en medio del calor le dije a mi abuelito que me llevara a mi ensayo, y él siempre sonriente aceptó.

Era una caja de música, sólo tenía un espejo y algunos billetes que ya no se usan, recuerdo que en algún momento tuvo una bailarina, pero supongo que la destruí en alguna oportunidad. Estuve escuchando esa linda melodía hasta que vinieron por mi. Y estuve pensando en ella hasta que volví a mi casa por la noche.
Este acontecimiento no fue un gran evento en mi vida, pero me hizo pensar en dos cosas:
La primera fue en el hecho de encontrarme con algo que aunque nunca lo había notado y no parecía muy importante me dio mucho entusiasmo para escribir una nueva entrada. A veces las cosas mas mínimas pueden crear algo realmente bueno. Cómo la persona que me dijo que era mas fácil escribir en papel que directamente en la computadora (gracias a él pude escribir esta entrada). Es extraño porque aunque nunca hablo con él y a veces no lo noto por estar ocupada en mi vida, él si se percató de mí y aunque no tenía ni idea me ayudó mucho.

holaaa niñaaa. al fin abro un facebook y resulta que ahora tu no me aceptas. estoy leyendo tus escritura y jajaja son demasiado cooll!!!!!!!!
ResponderEliminaraceptame en el face o sino mija conectese para hablarle. seguire aqui leyendola.
besiiitoooss chau chau chau
aah... es adrian!!! jajaja
me borraste del msn :(
ResponderEliminarexcelente lo que escribes. me diverto mucho con esto
ResponderEliminar